Inmigrante

Por: Luis Enrique Medina

Una excelente opción palermitana para disfrutar estos espacios y sabores con una firma muy particular.

El Chef Leandro Di Mare tiene un nuevo espacio para recibir a sus fans y brindarles las ingeniosas delicias que acostumbra. Alojado en una antigua casona del barrio de Palermo, adecuada con un gusto envidiable, se posiciona para transformarse en un anfitrión de culto, con una propuesta clásica y muy extravagante a la vez.

Leandro está convencido que nuestros sabores predilectos están en relación directa con nuestro ADN cultural, eso que venimos disfrutando desde la cuna, los que nuestros mayores nos hicieron adquirir. En esa dirección diseñó una carta de tragos y de platos encuadrada en lo que se podría llamar Cocina porteña clásica. Pero tratándose de quien está al mando de este proyecto, no podemos esperar otra cosa que una vuelta de rosca muy creativa en cada plato, la valoración de cada sabor, potenciado por su técnicas de cocción de alta gama, sumado a una excelente calidad de productos, a un precio más que razonable.

Excepto los sábados y domingos, que recibe gente al mediodía, el lugar abre de lunes a viernes a las 20, con una barra de tragos tradicionales como el Ferroviario, Negroni, Coloradito, Al Capone, Cynar entre tantos otros de nuestra tradición. Hay cervezas artesanales. Para acompañar su propuesta, cuenta con una bodega donde se puede elegir el vino que se desee beber a precio de vinoteca.

Entre la variedad de raciones que recomiendo para el momento del trago, está el Camembert asado, marinado en tomillo y romero con ensalada de brotes, nueces, tomates asados y vinagreta de miel y otro preferido es la Tortilla de la bruja que sale babé, con cebollas caramelizadas y chorizo colorado o las exquisitas almendras tostadas y provenzal.

Entre los platos diseñados para la mesa, recomiendo ser orientados en gustos por los simpáticos camareros muy bien adiestrados por el anfitrión.

De mis preferidos puedo sugerir la versión del clásico Gramajo con jamón marinado y glaseado a la parrilla, huevo a baja temperatura con polvo de aceitunas negras, salteado de arvejas, cebollas encurtidas y papas fritas a la provenzal, de la “parrilla” la Molleja de Corazón, cocida al vacío por 5 horas, acompañada con salsa gremolatta, peras al Cinzano Rosso, Pickles de vegetales y mostaza. De los platos principales el sabroso Rack de ojo de bife marinado y cocido a la parrilla con puré de batata y crema toffee, salsa de oporto con hongos y repollitos de Bruselas, la Pasta con albóndigas, unos papardelles con tuco, albóndigas de ternera, queso parmesano y chorizo colorado que son la perdición.

 En la carta de postres, si es que se llega, hay que probar la tentadora Crema catalana hecha con pastelera de limón y naranja, azúcar caramelizada y frutos rojos . Un lugar que hará historia.