Donnet

Por: Daniel Campomenosi

En pleno corazón del barrio de Chacharita emerge, como un hongo mágico, este restaurante donde se ofrece comida vegana y crudivegana. Paladares de fiesta.

Para un COC (carnívoro obsesivo compulsivo) como yo, haber descubierto Donnet fue como un verdadero oasis gastronómico. Mis sentidos estallaron de felicidad y placer desde aquella noche en que me crucé con su ambiente y sus hongos. ¿Qué es esto que me está volviendo loco?

“Es comida vegana y crudivegana preparada a través de antiquísimos métodos de cocción como pueden ser: la deshidratación, la fermentación, la conservación en salmuera y no mucho más”. Así me dijo Manuela Donnet (Manu, para los amigos). Acto seguido comenzó la fiesta.

Fermentos, conservas, setas y vegetales de estación. En Donnet no hay una carta convencional. Relájate y goza es la consigna. La comida ofrecida es lo mejor que tienen en temporada; al no trabajar con productos químicos, los alimentos que llegan a sus manos están librados al destino y más que nada al clima. La carta será una sorpresa cada noche, no solo para los comensales sino también para este gran equipo de trabajo comandado por Manu.

¿Arrancamos? Los platos comenzaron a llegar al ritmo del disfrute, no es comida que pasa desapercibida en tu boca. Los sentidos se ponen atentos ante este festival: da gusto observar, oler y degustar. Siempre se arranca con una sopa, esta vez una sopa cremosa de arvejas con vegetal en doble textura, cremosa y en polvo, en este caso de remolacha.

Luego vinieron unos shiitakes con chucrut, estos hongos súper gustosos combinan perfectamente con una conserva tan antigua como el chucrut, fermentado en dos tiempos, esto significa un chucrut más añejado con uno más joven.

Seguimos con unas gírgolas pardas alimonadas con ensalada y luego gírgolas reinas cocidas en caldo de vino blanco y paprika.

A esta altura el éxtasis estaba llegando a su punto más alto, pero faltaba más. Legumbres y unos piopinos en crema de ajo con arroz y mermelada de jalapeño y más hongos: foliotas en jalea de limón y semillas.

Para finalizar, la estrella del lugar: hongos Donnet. Fermento de castañas con hongos salteados en licor de olivas verdes, unas galletitas vivas con un polvo de zanahorias.

¿Y el postre? Helado de cerveza y café con nueces pecan, un lingote de remolacha bañado en chocolate, acompañado con sidra orgánica, que podés intervenir con un gin también orgánico. E dopo morire… de placer.

Como dice Manu: “La comida nos rige como seres humanos: comemos mal estamos mal, comemos bien estamos bien”.

Yo te puedo asegurar que comiendo en Donnet vas a estar muy bien y vas a volver por más.