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Esperada entrega de Campusano, que nuevamente llama la atención y la aceptación del público que lo ha transformado en un director de culto
Por estos días de agosto del 2019, José Celestino Campusano se encuentra en la Ciudad de México acompañando una retrospectiva de su obra que se presenta en la Cineteca Nacional de México, catapultándolo como un hacedor imparable.
Este hijo y hermano de boxeadores, creador de más de una veintena de títulos, estudió en el Instituto de Cine de Avellaneda. Sobreviviente de haber librado varias batallas, deambuló insistentemente por las entrañas de zonas periféricas de diversos países, este factor, sumado a una acérrima actitud anarquista deriva en que sus films posean un sello único. Escribió Mitología Marginal Argentina, libro cuasi autobiográfico de relatos del conurbano bonaerense, con dos ediciones. Su obra se adentra en los bajos fondos de marginalidades delictivas, homosexuales y esotéricas, con una contundencia inusitada y atrapante. Luego de su primer documental, se centró en los largometrajes de ficción, entre los que se destacan Vikingo, El Perro Molina, El arrullo de la araña, El Azote, El silencio a gritos, y dos largometrajes: 360º Brooklyn Experience y La Secta del Gatillo, en medio de una vasta producción de éxitos.
En esta entrega, Hombres de piel dura, que se presenta en Cine Espacio Incaa Gaumont, Cine Cosmos y salas simultáneas, toma como protagonista a Wall Javier, hoy conocida como La Queen drag de Fuerte Apache, que avanza a paso firme en el mundo de la música y como intérprete actoral, para contar una historia poniendo foco sobre la homosexualidad adolescente en relación a la familia, la Iglesia y el campo. Rodada completamente en Marcos Paz, indaga sobre las experiencias de Ariel, un atractivo joven homosexual oriundo de la zona rural de la provincia de Buenos Aires, convive con su padre y hermana. Es seducido y manipulado por el sacerdote católico de su comunidad, su despertar, experiencia y despegue hacia nuevos vínculos sorteando la presión paterna, que insiste en acercarle compañías femeninas y las miradas conservadoras de cierto sector social. Campusano vuelve a un cine de ficción documental de gran calidad y capta la atención de quienes se interesan en la pureza del gran arte