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Unipersonal

Un señor alto, rubio, de bigotes

Por: Juan José Bertolaga

La sorprendente y lamentable distancia que hay entre la realidad y la metáfora de este material en nuestros días.

Humberto Constantini, fue uno de los iluminados de nuestra literatura. Este  poeta, novelista, ensayista e intelectual que habitó nuestras calles, dejó un importante legado para reconocer las épocas más oscuras de nuestra reciente historia. Habitante del barrio de Villa Pueyrredón, supo volcar en sus cuentos, poemas, obras teatrales y ensayos, un sentir ciudadano que nos identifica. De sus escritos, la novela que más bibliotecas habita es De dioses, hombrecitos y policías, y La larga noche de Francisco Sanctis, que recientemente se llevó al cine. Un autor que recomiendo enfáticamente, a quienes aún no lo descubrieron.

El grupo teatral Sin guardia, que viene entregando trabajos maravillosos como: Bengala (2006), Corbatas Chinas (2009), Pocholo y sus pompas múltiples (2012) y Alma, de cuando dejó de ser Victoria y empezó a ser Alma (2012), muchos con varias temporadas en cartel, ha elegido este cuento que narra la desesperación de un hombre expulsado del sistema laboral, la odisea por conseguir un nuevo trabajo, exponiendo la mirada crítica de esta sociedad cruel y deshumanizada que señala Constantini.

El trabajo de adaptación es excelente, la dirección de Leonardo Odierna organiza este material de manera clara y explícita, apoyado en la genial actuación del actor y director Pablo Mariuzzi, que deslumbra a la platea cada domingo. Asistir a esta ceremonia es recibir un verdadero baldazo de realidad.

Un señor alto, rubio, de bigotes es un llamado a despertar, a mirarnos como sociedad, a comprender cómo vivimos distraídos, dejando escapar la vida, buscando agradar a una sociedad que ha perdido muchos de los dones de humanidad. Si logramos entender todo esto, el trabajo de Constantini, no habrá sido en vano. 

Teatro El crisol

Malabia 611 - Domingos, 20.30h.