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Arg. Uruguay

Así habló el cambista

Por: Sebastián Llatser

Federico Veiroj tiene un modo de retratar personajes simples que poseen alguna característica extraordinaria, que los vuelve interesantes. 

Aquí, el protagonista es un tipo que compra y vende divisas y saca ventaja, en Uruguay, de las sucesivas crisis económicas que vive la Argentina. Cabe destacar una gran actuación de Daniel Hendler.

Pero el personaje central, que parece de una simplicidad que no es tal, es también alguien ajeno al mundo que lo rodea, un manipulador. Un personaje que muestra aristas inquietantes en varias situaciones, cuya trama mantiene la tensión todo el tiempo. El material comienza con un prólogo en Jerusalén en tiempos de Jesús, pero luego la película se sitúa en la Montevideo del ‘75 y mantiene unos flashbacks que nos llevan a 1956, 1962 y 1966,  tiempos de dictaduras militares que dominaban Uruguay, Argentina, Chile y Brasil. Nos encontramos con Humberto Brause, este antihéroe que es el cambista al que alude el título. Pero lo suyo no pasa solamente por comprar y vender dólares a inversores o turistas, sino de lavar plata de políticos y otras personas vinculadas con el poder.

En la carrera del director, esta es la quinta entrega: Acné (2008), La vida útil (2010), El apóstata (2015) y Belmonte (2018), para sumar esta, que representará a Uruguay en la lucha por el Oscar a Mejor Película Internacional. Tuvo su estreno mundial en el reciente Festival de Toronto, se proyectó en la sección Horizontes Latinos de San Sebastián y, tras su lanzamiento en los cines argentinos, se verá en el prestigioso Festival de Nueva York. Transposición literaria, historia de época, la nueva película de Veiroj propone una mirada descarnada y apasionante a la vez sobre la codicia, la manipulación y los límites éticos y morales.

Transposición de la novela homónima publicada hace tres décadas por Juan Gruber, Con una historia de época, una narración más clásica, intérpretes reconocidos y un presupuesto bastante más importante, lo encuentra incursionando en nuevos terrenos, sorteando desafíos hasta hace poco impensados, y arriesgándose con personajes, conflictos y dilemas morales inéditos en su obra. Hay momentos en que afloran cierto cinismo y crueldad que nunca habíamos visto en sus trabajos, pero la elección de este material que pendula entre el drama familiar, la comedia negra y el thriller, resulta una bienvenida rareza en la que Veiroj maneja con absoluta ductilidad.